Si pensamos en un texto que, una vez escrito, pueda ser pulido por el trabajo de un corrector, los beneficios son más que evidentes. La tecnología sola no basta.
El corrector literario revisa un texto en busca de posibles defectos de redacción, errores gramaticales, impropiedades de léxico y rasgos no genuinos de la lengua utilizada.
Por mucho que avance la tecnología, el corrector literario seguirá siendo un importante valor agregado.
El corrector literario está capacitado para:
- Adaptar el texto a otro estilo
- Mejorar la redacción
- Ampliar o sintetizar conceptos
- Normalizar y unificar todas las convenciones ortotipográficas
- Revisar la composición
- Detectar errores gramaticales que hubieran quedado tras la corrección de estilo
- Verificar otros elementos de la edición como son los índices, las bibliografías y las referencias cruzadas
- Realizar otras intervenciones en la redacción que sirvan para aclarar y facilitar la comprensión del discurso
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